Pajarillo

La novedad del viejo mundo


 
Tercera Parte- ¿Por qué todos los letreros están en catalán?
 
 

España es la cuna del idioma que hablamos los mexicanos, ahí está la sede de la Real Academia, máxima autoridad de las cosas que a nuestro idioma conciernen. La Real Academia, con sus rígidos criterios, todavía pesa  más de lo que debería en las decisiones de la Academia Mexicana de la Lengua y en la población.  Es muy común que algunos mexicanos nos volvamos “defensores” puristas y superficiales del idioma. Nos burlamos de la gente que no habla “bien” el español, de aquellos que pronuncian “dijistes” , “escuchastes” , “mirastes” en lugar de  “dijiste”, “escuchaste” o “miraste”, o de los provincianos que hablan “cuatrapeado”; de los indígenas que omiten los plurales y confunden el género de los artículos; no pensamos que todas estas fallas tienen un trasfondo sociocultural y solemos reducirlo a simple “ignorancia”.  Mi impresión es que los mexicanos nos preocupamos por cuidar el idioma de una forma cerrada  y pretenciosa que tiene mucho de clasista, en general vemos el idioma como forma de control  y estatus, más que como algo vivo, cambiante y diverso. Olvidamos que el español o castellano,  igual que todas las lenguas romances, proviene de un latín “incorrecto”, mejor dicho, de una forma vulgar de hablar el latín; también olvidamos que en la propia España hay muchísima gente que no habla el español en su cotidianidad.
Barcelona es distinta de como imaginé que debería ser una ciudad en una “provincia” de España, parece un país distinto, empezando porque  los letreros y los nombres de las calles están en un idioma que no es el español: el catalán.
-Yo digo que en Barcelona estamos 60 y 40,  40 que hablan catalán como lengua materna por 60 que hablan el castellano,  aunque  la gente que habla catalán regularmente también sabe el castellano–me dijo un taxista de origen gallego- es que es una ciudad muy rica y muy grande, habemos muchos que venimos de fuera, pero si visitáis las provincias de Tarragona , Girona  o cualquier pueblo de Cataluña alejado de la ciudad, el porcentaje  de gente que habla el catalán es mayor. Yo hablo los dos y un poco de gallego.
El taxista casi le atina, la cifra oficial es que 47 por ciento de la gente en toda Cataluña habla catalán,  lo que la hace una región bilingüe.
       En México podemos llamarle  indistintamente castellano o español al idioma, pero al parecer en las autonomías españolas prefieren el término “castellano”, tal vez para dejar bien claro que es simplemente la lengua que hablan sus primos de la región de Castilla, lengua que por azares de la historia  tuvo la suerte de volverse hegemónica  en el territorio y en el nuevo continente, pero que no es más ni menos que el catalán o el gallego (idiomas que también provienen  de la vulgarización del latín)  o el vasco, idioma más antiguo, que no proviene del latín y que incluso influyó en la fonética del español, (por ejemplo, se dice que los hispanoparlantes le debemos al vasco o euskera, el uso de únicamente cinco vocales).    
El taxista me contó que sus paisanos se molestan cuando alguien dice que el gallego se parece al portugués pues afirman que es al revés, que el gallego es el origen. No sé qué digan los lingüistas pero al menos es una muestra irrefutable del orgullo por su identidad y eso que los gallegos no son tan “nacionalistas” como los catalanes o los vascos, según el taxista. Según él, los gallegos se rindieron rápidamente ante los franquistas en la guerra civil, por lo que no sufrieron “tanta” persecución durante el franquismo y se volvieron un poco de derecha, a diferencia de los catalanes y vascos que defendieron La República hasta el final  y por ello Franco se ensañó con ellos durante la dictadura, y ante la persecución la identidad de esos dos pueblos se fortaleció (hoy hay un furte movimiento independentista y son comunes las disputas entre el gobierno central de España con la Generalitat d Catalunya)  
- Hace algunas décadas – dice el taxista-  los gallegos creían que hablar el castellano les daba más estatus, que era más refinado y que el gallego era para gente de pueblo, por eso mi padre no nos enseñó su idioma y ahora se arrepiente. Afortunadamente  ahora el gallego también se está recuperando.
Mis abuelos tuvieron  una razón similar para no enseñarle el zapoteco a sus hijos, creían que les traerían más dificultades que beneficios, después de todo mis abuelos superaron la pobreza y marginación de sus comunidades porque aprendieron el español y se aclimataron a la vida en la ciudad, para ellos, gente pragmática, su identidad indígena era un impedimento para vivir mejor, sus hijos no tenían por qué sufrir carencias y discriminación a causa de eso. El sistema de gobierno no les dejaba otra opción. Al final, ya en la vejez, mis abuelos se arrepintieron de su omisión  igual que el padre del taxista gallego. La diferencia es que las lenguas indígenas mexicanas se pierden en lugar de recuperarse, mientras que en España se han ido recuperando todos sus idiomas a pesar de que un tiempo estuvieron prohibidos.
Los idiomas indígenas de México, se conservan  más por tradición oral y a pesar de años de políticas públicas hostiles o que simplemente las ignoraban. Apenas hace un año (sí, un año),  el Estado implementó un programa piloto en el que se enseña a los niños de las comunidades indígenas la forma correcta de escribir su propio idioma antes que habar español, lo que a pesar de parecer algo básico y de sentido común, nunca se había hecho. Por eso una carencia de los hablantes de lenguas indígenas en México es que la mayoría, aunque sepan hablar, leer y escribir el español,  no saben  leer ni escribir correctamente su propia lengua.
En Cataluña el castellano es el idioma en que se ensaña en las escuelas, pero  hay materias obligatorias en catalán y es también es reconocido como idioma oficial, además hay estaciones de radio, periódicos, programas de tv y universidades en catalán, sin contar todos los letreros y señalizaciones en las calles. Esas concesiones gubernamentales aunadas a una fuerte identidad, ha propiciado que el uso corriente del catalán se haya recuperado. La gente por la calle va platicando en catalán,  en los restaurantes las conversaciones de fondo que uno escucha son en catalán y es común que en la misma mesa la conversación de un grupo de amigos cambie de idioma con la misma frecuencia y naturalidad con la que se cambia de tema.
Alguna vez el doctor José Del Val (director el programa México Nación Multicultural de la UNAM) me dijo que los programas de gobierno para rescatar las lenguas indígenas no servían porque se dedicaban a traducir puros cuentos y leyendas sin hacer algo para recuperar el uso corriente y práctico. “¿Cómo es posible que en el DF no haya un solo letrero en náhuatl , o que en Yucatán no haya una universidad en maya” , se preguntaba.  Ahora veo que tiene razón.
Cuando vi a la gente hablando catalán  por la calle y cambiando de un idioma a otro cuando les preguntaba la hora, recordé los mercados de Oaxaca, donde los vendedores hablan principalmente zapoteco entre ellos y español con los compradores, recordé a mi abuelo contando chistes en zapoteco con sus paisanos para evitar que los más chicos los entendiéramos.  La diferencia es que en la ciudad de Oaxaca no hay letreros en zapoteco y es más fácil encontrar alguno en inglés.